La insignia o símbolo original de los Caphorniers contiene la cabeza de un albatros de color blanco, pico amarillo, sobre un paño de color azul rodeado por un círculo rojo con letras blancas.

Del pico del pájaro sale un dispositivo en forma de diamante o gancho mordido por el albatros.

La tradición nos relata que los antiguos marineros de veleros capturaban a estos inmensos pájaros para jugar con ellos simulando un volantín.

Para lograr lo anterior ataban al anzuelo un trozo de carne salada de cerdo, el que se arriaba hasta la superficie del mar, amarrado a una línea de jarcia liviana.

Cuando el albatros mordía la carnada, el gancho se alojaba en la curvatura del pico del pájaro. Manteniendo tesa la línea, el ave no podía escapar y los marineros jugaban con él desde el buque hasta aterrizarlo en cubierta, después de lo cual era liberado.

Ningún marino está dispuesto a matar un albatros, ya que la superstición señala que estas hermosas y errantes aves encarnan el alma de los marinos muertos en el mar.

Según estadísticas europeas, más de 800 naves se han perdido en las tormentosas aguas del Cabo de Hornos, sepultando en el mar a no menos de 10.000 hombres de todos los continentes.